Costa Rica y los homicidios más altos de la historia.

Costa Rica mantiene la tendencia de homicidios del 2017, su año récord.

De acuerdo a datos de Semáforo Delictivo, en la zona sur destaca también el robo de vehículos.

El Organismo de Investigación Judicial de Costa Rica (OIJ) informó hoy de que durante el mes de enero de 2018 la tendencia de homicidios se mantiene similar a la de 2017, el año récord del país en la cantidad de estos crímenes.

El subdirector del OIJ, Michael Soto, dijo hoy en una conferencia de prensa que hasta el 25 de enero se contabilizan 42 homicidios, mientras para la misma fecha del 2017 la cifra alcanzaba 44 de estos crímenes.

"El mes de enero tiene un comportamiento según el promedio del año pasado y es posible que así cerremos este mes", declaró el funcionario.

Los últimos dos homicidios que se registran en el país ocurrieron el jueves.

En uno la víctima es una mujer guardia de seguridad privada de una agencia de servicios de telefonía en la provincia de Alajuela (centro), a quien mataron para robarle el arma, según la hipótesis preliminar.

El otro homicidio ocurrió en Cartago (este) y la víctima es un joven a quien dispararon por la espalda mientras huía de otro hombre por razones que las autoridades están investigando.

Costa Rica cerró 2017 con 603 homicidios y una tasa de 12,1 por cada 100.000 habitantes, las cifras más altas en la historia del país.

Las autoridades atribuyeron el 50 % de estos crímenes a "ajustes de cuenta o venganza" y un 25 % directamente al narcotráfico. El resto por otras causas.

Así el año está para cerrar en Costa Rica con una tasa de 12 homicidios por cada 100.000 habitantes, considerada una epidemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Es una “emergencia nacional” y así debería declararse, dijo al diario local La Nación el ministro de Seguridad, Gustavo Mata, después de argumentar que este país centroamericano ha omitido tomar medidas de Estado para enfrentar la oleada de drogas que los traficantes llevan de Sudamérica hacia Estados Unidos y la manera en que estas se filtran en bandas locales.

 Ya no se debe hablar de “narcomenudeo” o “microtráfico”, sino de narcotráfico en todas sus letras, dijo el ministro a quien han criticado por su gestión desde 2015.

La situación, coincidente con la campaña electoral para elecciones presidenciales y legislativas en febrero, ha reactiva el debate entre las posiciones de “mano dura” en este país sin ejército o las propuestas más integrales que abordan la violencia como una manifestación de la marginalidad social producida por el incremento de la desigualdad en los últimos 20 años. 

También surge la disyuntiva sobre el efecto de las políticas represivas contra el narcotráfico internacional, pues los expertos coinciden en que el control en los mares liderado por Estados Unidos ha forzado a los traficantes a ir por tierra y esto propicia el surgimiento de organizaciones locales a las cuales pagan con droga para que la vendan a consumidores locales.

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