Un virus podría ser responsable de la conciencia humana.
Una nueva investigación ha vinculado un gen humano responsable del pensamiento consciente con un virus que se propagó en los primeros días de la humanidad.
Dos artículos publicados en la revista Cell discuten los orígenes del gen Arc, que empaqueta información genética y la envía alrededor de las células nerviosas en pequeñas cápsulas de virus.
Se cree que estos paquetes de información son fundamentales para la comunicación de nuestros nervios y podrían ser responsables de nuestros pensamientos.
"El análisis evolutivo indica que Arc se deriva de un linaje de vertebrados de retrotransposones Ty3 / gitanos,que también son ancestros de los retrovirus . "
Se cree que entre 40 y 80 por ciento del genoma humano se desarrolló gracias a los virus antiguos.
Esto a menudo puede ser completamente inútil, y a veces causa daños, incluso a través de la reproducción de más virus, pero ocasionalmente terminamos con modificaciones útiles.
Y parece que un antiguo virus puede haber dado lugar a todo pensamiento humano, gracias al Arco. gen.
Pastuzyn dijo que el virus fue "reutilizados durante la evolución, para mediar en la comunicación intercelular en el sistema nervioso."
James Ashley, autor de uno de los estudios, dijo: "El gen neuronal Arc es esencial para el almacenamiento de información duradera en el cerebro de mamíferos, media varias formas de plasticidad sináptica y se ha implicado en trastornos del neurodesarrollo".
Añadió que las mutaciones en el gen se han "relacionado con el autismo y la esquizofrenia", lo que sugiere que Arc tiene un papel fundamental que desempeñar en la forma en que percibimos y reaccionamos al mundo que nos rodea.
La conciencia (del latín conscientia, «conocimiento compartido», y éste de cum scientĭa, «con conocimiento», el mismo origen que tiene consciencia, ser conscientes de ello) se define, en términos generales, como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno. También puede referirse a la moral o a la recepción normal de los estímulos del interior y el exterior por parte de un organismo.
Existe debate sobre en qué consiste exactamente la conciencia.
En el área de la inteligencia artificial se ha trabajado la idea de crear máquinas o programas suficientemente complejos como para dar lugar a una conciencia artificial, pero algunos han negado la posibilidad de que una computadora pueda dar lugar a algo genuinamente indistinguible de una conciencia.
La prueba de Turing (test de Turing), propuesta en 1950, aborda ese problema, hasta la actualidad (2018) ningún programador ha conseguido con éxito superar satisfactoriamente esta prueba (si bien un bot conversacional bautizado como Eugene Goostman de 2014, logró engañar gran parte de un jurado de humanos que fueron usados para dicha prueba).
Sin embargo, el objetivo de dicho examen no es que un programa tenga conciencia, sino que nos haga creer que la tiene.
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